Valle de Arán turismo y fotos

El turismo que hoy llega hasta el valle de Arán es diferente al de antaño. Primero fueron los montañeros, luego el boom asociado a la Estación de Baqueira Beret, uno de los paraísos para los esquiadores, y ahora los diferentes deportes de aventura y modalidades de turismo activo. La comarca del Valle de Arán son 620 km2 diseñados para la aventura. En cada uno de sus rincones se respira naturaleza y se palpa la posibilidad de degustarla a través de alguna de estas actividades. Los trineos de perros (mushing), las raquetas de nieve, el esquí de travesía, las motos de nieve, el heliesquí, etc. una lista interminable en el lugar idóneo.

Si observamos detenidamente un mapa físico de los Pirineos y hacemos caso omiso de los límites fronterizos entre España y Francia, un rápido vistazo a las máximas alturas de la Cordillera, las que forman el llamado Eje Axial pirenaico, es decir, la verdadera divisoria entre las dos vertientes, nos daremos cuenta de que lo que hoy es la comarca del Valle de Arán (comarca dera Val d’Arán), se encuentra en realidad al otro lado del mencionado Eje. Que no se asuste nadie, no es que esto sea una reivindicación de la pertenencia al país vecino, lo que ocurre es que geográficamente el Valle de Arán se encuentra en la vertiente norte de la Cordillera y su salida natural es precisamente hacia Francia.

Para orientarnos correctamente y situar el Valle hemos de dar la vuelta al mapa de manera que el Bajo Arán es el la parte que linda con Francia, por donde el río Garona busca el Atlántico, y el Alto Arán se corresponde con las alturas de Marimanya, puerto de la Bonaigua, Beciberri, Colomers, etc., ubicadas más al sur. Este hecho ha sido vital durante la tradicional incomunicación de la comarca. Con la apertura del túnel de Viella (Vielha) en 1948, el puerto de la Bonaigua dejaba de ser el único acceso “español” y por ese descomunal hueco horadado en la montaña se facilitaba el acceso al turismo.

Iglesia de Sant Andreu, Salardú en el Valle de Arán

Como queriendo recuperar esa intimidad; después de una historia de independencia de gobierno del resto de territorios de la Corona (Ordenaciones Reales) y disfrute de ciertos privilegios (recogida en su Carta Magna Querimonia), el Valle de Arán, tras quedar integrado en la provincia de Lleida en el momento en que en España surgieron las provincias (comienzos del s. XIX), ha vuelto a gozar de su pasado con el reconocimiento de sus derechos, cultura, lengua y privilegios dentro de Catalunya y del Estado español.

El Valle cuenta con más de doscientos lagos, pero los más recomendables por su fácil acceso son los de Colomers, los de Saboredo, Bassiver y Rosari, Liat y la Bassa d’Olés. Si no apuntamos tan arriba y preferimos pasar una agradable jornada en el llano son muy recomendables los bosques de Montgarri, Sant Joan de Toran, Baricauba, Cuveishic, des Artiguetes, Valarties, Aiguamoig, Arriu Nere, Pleta de Moliéres y Artiga de Lin.

Pero sin duda es también una de las mejores zonas para conocer a través del turismo rural. Con una lengua, una arquitectura y una gastronomía con sello propio: el aranés.

En el Valle encontramos magníficas iglesias del románico lombardo como la de la Asunción de María (Bossost), Era Mare de Diu de Cap d’Arán (Tredós), Santa Eulària d’Unha, o Santa María de Artíes. Dentro del estilo gótico nos quedamos con dos muestras la de Sant Joan de Artíes y la de Sant Sernilh de Betrén.

Hay tres excursiones especialmente recomendables: una la que recorre los pueblecitos del Bajo y Medio Arán (Caneján, Bausén, Vilamós, etc.), una segunda la que sube hasta el Clot de Baretja (extraordinarias panorámicas) y una tercera la que visita Uelhs deth Joèu (los ojos del Judío), donde tras un recorrido subterráneo de cuatro kilómetros, las aguas del desagüe del glaciar del Aneto vuelven a la superficie en una espectacular cascada en la Artiga de Lin, ya en terreno aranés

UBICACIÓN
Pirineo central. Pirineos Catalanes.

ACCESOS
Desde Lleida por la N-230 hasta Vielha a través del túnel.

EPOCA
Todo el año. En invierno la nieve cubre todo el valle, pero tiene un encanto especial. El verano está bastante concurrido.

LO IMPRESCINDIBLE
Santuario de Montgarri, Artiga de Lin, los pueblos de Artìes, Unha, y Canjeàn, el románico del valle, la arquitectura y la gastronomía aranesa.

GASTRONOMÍA
Dado su emplazamiento y pasado histórico, el Bajo Arán conserva platos y productos franceses como los patés y los crêpes. Las preparaciones a base de productos ovinos y bovinos suelen condimentarse con apetitosas setas como las carreretes (hongos de los prados que crecen en primavera) o el cep, un boleto excepcional complemento de estofados.

Otro de los platos más sustanciosos es la olla aranesa, un guiso con legumbres y morcilla, longaniza, butifarra, etc. No podemos olvidar las frutas silvestres como las moras, fresas, arándanos y frambuesas que condimentan platos y sirven de protagonismo a los licores entre los que destacan el cassis y la ratafia, a base de nueces verdes y genciana. Todos los productos son muy abundantes en los bosques y pastos de Arán.

ARTESANÍA
Productos trabajados en madera y derivados de la gastronomía como los típicos patés araneses, quesos ahumados y los licores.

COSTUMBRES
Las fiestas más importantes del valle son: la de la Mare de Dèu de Mitjaran (7 y 10 septiembre), la fiesta mayor de Lès y Artíes (ambas la noche de San Juan en las que se quema Eth Haro), fiesta mayor de Canjean (29 de agosto) y la congregación de peregrinos en el santuario de Montgarri con la romería que se celebra en honor a la Virgen de Montgarri, patrona del valle, el día 2 de julio celebrando su hallazgo. La fiesta mayor de Vielha tiene lugar el 8 de septiembre.

Crédito imágenes: Enrique López Tamallo

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